miércoles, 26 de junio de 2013

Man of Steel: una no crítica

   Una no crítica porque no es para profundizar concienzudamente en la película, sino para hacer algunas consideraciones algo repelentes y bastante locales sobre salas de cine y aspectos que me han interesado de este largo tiempo esperado film de Supermán (sí, con tilde, ya que en la mayor parte de la península  y un par de archipiélagos nos da por traducirlo todo... como "udós" y "ubecuarenta", por ejemplo).

   Al tema.

   Siempre tengo mucho miedo cuando me dispongo a ver una película en la que sin duda el aspecto técnico parece que va a ser lo más relevante. Miedo porque en Barcelona la mejor sala, al menos que yo sepa, es el Cinesa Diagonal, pero por desgracia no hay versión original y sólo hay cine comercial (de ese cuya inversión o trabajo maestro en imagen y sonido recomienda su visionado en las más óptimas condiciones). En este cine los asientos y pantallas son enormes, las filas están hechas en escalera (no de manera inversa como pasa en Cines Verdi, por ejemplo, algo que no hace falta ser arquitecto para pensarlo). En el otro extremo (además literalmente, separado por kilómetros) se encuentra el Yelmo Icaria. Se proyectan todas las películas, tanto comerciales como supuestamente independientes, o por llamarlas de otro modo, esas en las que los productores no han podido recaudar el dinero suficiente para hacer lo que querían o porque los guiones no habían pasado el filtro de las majors o sus filiales indy. La desgracia en este caso es que aunque se nota que al Yelmo Icaria le gusta el cine, lo que no le gusta demasiado son los espectadores exigentes. Por eso cuando se estrena una película de estas características, sonora, visual, eso para lo que se inventó la sala de cine, siempre hay que ir el día del estreno. Si lo pospones, puede que la película que quieres ver la cambien a una sala en la que hay unas tuberías extrañas, la pantalla es diminuta y el sonido... basta con decir que parece en mono y que desde la sala se escucha otra película en la sala contigua. Y los asientos...si delante de ti se sienta alguien con un cardado, un pelo a lo afro o rizado, o una cabeza un pelín más grande de lo normal, estas acabado. Y si mides más de 1,50 no sabrás como colocar las piernas. Y son muchos euros para no aprovecharlo. En este caso compramos dos entradas el lunes anterior y recé a los dioses del olimpo, por ejemplo, para que la sala no fuese una chusta. Y cuál fue nuestra sorpresa al ver que por al parecer habían cambiado el sistema de sonido. A uno mejor. Y que todo parecía como en una buena sala (eso sí, los asientos seguían siendo pequeños e incómodos, con la suerte de no tener delante a André el Gigante, Roberto Dueñas o Rocio Jurado -con todos los respetos a los dos de estos tres que fallecieron-).

   Y respecto al título en cuestión.

   No habíamos visto nada sobre la película para que nos pillara por sorpresa y para no tener ningún prejuicio. De todas formas cualquier cosa que podamos imaginar sobre este personaje seguramente ya la habríamos visto en el inmenso material audiovisual o comiquero que existe. El día anterior hacían un megareportaje en días de cine, en La 2 de televisión española. Como siempre muy bueno, documentado y lleno de spoilers, así que tampoco lo miré más de treinta segundos.

   Pues bien, parece ser que Zack Snyder ha estado visionando últimamente películas de Terrence Malick, de Christopher Nolan y de J.J. Abrams (de Nolan seguro, que para eso es partícipe del film). También ha visto un par de veces Thor, Matrix y alguna otra cosa más. Lo ha metido todo en la batidora y se lo ha dado a unos expertos en edición, sonido y efectos especiales que han creado unas secuencias espléndidas de destrucción. Ha contado con actores majetes y de reconocido prestigio -algo viejunos y/o demacrados, todo hay que decirlo- como Kevin Costner, Russel Crowe o el renovado Laurence Fishburne, un Morfeo de 200 kilos. Y el que llaman por ahí "el prácticamente desconocido Henry Cavill". En fin, prácticamente desconocido como para mi Rafa Nadal si no sigo el tenis, por ejemplo, porque el bueno de Henry ha coprotagonizado unos 40 episodios de la serie Los Tudor en el papel del mejor amigo del Enrique VIII, interpretado por el injustamente poco valorado Jonathan Rhys-Meyers. Ya les gustaría a muchos actores ser tan prácticamente desconocidos.
Y al final a Snyder le ha salido una película que es como Thor, pero en buena.

   No haré spoiler, pero todo en la película sucede como demasiado despacio en la primera parte y demasiado deprisa en la segunda, hay una breve presentación de los personajes secundarios y luego ya se supone que son importantísimos, y al bueno de Clark no le da tiempo a asimilar demasiado lo que es y ya le toca liarse a mamporros con todo quisqui. Las consideraciones más importantes:
- Henry Cavill tiene más pechos que algunas actrices. Sigue con las modas hipster actuales con escenas en las que lleva barbas y camisas de cuadros y con algunos pelánganos que le salen del pecho o cuello por encima de la camisa. Igual no es muy estético, pero sí realista, lo cual le da un toque de humanidad y es algo digno de agradecer a los maquilladores; basta de superhéroes depilados; no me imagino a un verdadero man of steel en el baño con cera. En general el chaval es guapete, buen actor y cae bien. Es un digno Supermán.
- Una Lois poco presente y realmente poco importante, pero siguiendo la estela de la Lois de los 80; más bien feuna.
- Bastantes planos tipo The tree of life y unas cuantas escenas estilo Lost (ya sabéis, esos primeros planos con miradas de personas preocupadas, esas partes en las que cuando sucede algo importante el sonido desaparece y entra una música más o menos simplona y compungida).
- Un nivel de destrucción de edificios y de "ostias como panes" de una categoría difícilmente igualable. Y también es muy bonito cuando uno va volando por ahí y rompe varias veces la barrera del sonido al acelerar y frenar.
   Y bueno, ya para resumir. El guión podría haber sido un poco más oscuro, podría habernos hecho identificarnos más con los personajes o profundizar en ellos. Pero la sensación general que tuve fue "demonios, me gusta, creo que estos casi nueve eurazos que me he gastado han valido la pena, la peli aprovecha las capacidades para las que fue construida una sala de cine en condiciones y puede ser incluso que volviese a verla".






1 comentario:

  1. jaja, me ha encantado la reseña. Muy irónica. Me he reído mucho con: "Bastantes planos tipo The tree of life y unas cuantas escenas estilo Lost (ya sabéis, esos primeros planos con miradas de personas preocupadas, esas partes en las que cuando sucede algo importante el sonido desaparece y entra una música más o menos simplona y compungida".

    Genial.

    Un abrazo,

    Lucía

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